La reforma de la regulación de los revisores de cuentas inicia su tramitación parlamentaria con fuertes discrepancias entre el Icac y las empresas afectadas, como adelanta hoy Expansión.
El Proyecto de Ley de Auditoría comenzará su andadura parlamentaria en las próximas semanas sin el respaldo del sector, que ha avivado la pugna con el Ministerio de Economía por el texto que reformará la industria.
El regulador y supervisor de los revisores de cuentas, el Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas (Icac), dependiente de Economía, no cree que el proceso se haya llevado a cabo de manera acelerada, como cree el sector. «El proceso ha sido rápido porque no teníamos más remedio. La directiva tiene que entrar en vigor en junio de 2016 y tenemos elecciones a final de año, no podemos retrasarnos», señala su presidenta, Ana María Martínez-Pina.
Junto a la necesidad de buscar mayor consenso, fuentes del sector auditor también apuntan que el Proyecto de Ley que salió del Consejo de Ministros no se hizo eco de las principales observaciones realizadas por el Consejo de Estado, que publicó su dictamen sólo un día antes que el Ejecutivo aprobara el documento.
Una de estas observaciones hacía referencia a la necesidad de reforzar la independencia del Icac, siguiendo el modelo de otros reguladores, como el Banco de España o la CNMV. «La normativa comunitaria lo que exige es que el supervisor sea independiente del supervisado, es decir, del auditor. Ésa es la independencia por la que hay que velar, que el Icac sea independiente o no del Ministerio a mí no me corresponde», responde Martínez-Pina. Esta mayor independencia del regulador empieza a ser lo normal en la mayor parte de los países europeos y así lo señaló también el Banco de España en sus alegaciones al anteproyecto.
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