La recuperación del sector inmobiliario en términos de demanda y la normalización de la financiación llegará antes de que finalice 2016, sin embargo, la absorción del «stock» tardará aún dos años más, según se desprende de un estudio elaborado por la consultora KPMG.
España se ha convertido en el país de la oportunidad. De hecho, un 94 % de los encuestados para este informe, titulado «2015: Año cero para el inicio de la recuperación del sector inmobiliario en España», asegura que es un país atractivo para las inversiones inmobiliarias.
Además, siete de cada diez directivos del sector cree que los fondos oportunistas darán paso a inversores de valor añadido, las nuevas caras que acapararán un mercado inmobiliario en el que han llegado para quedarse.
De hecho, tras ser los primeros en llegar al mercado inmobiliario español sobre la premisa de que los precios podrían estar tocando fondo, los fondos oportunistas están comenzando a sondear otros países como Italia.
Por su parte, los inversores core tradicionales -fundamentalmente capital privado nacional y extranjero procedente sobre todo de Latinoamérica y Asia, mutualidades y compañías de seguros- y que han ido protagonizado operaciones de inversión selectivas durante los años de crisis se encuentran ahora en una posición de «esperar y ver».
Según los encuestados, el volumen de las transacciones y el valor de los inmuebles se incrementará en los próximos 5 años. Las viviendas terminadas para primera residencia localizadas en puntos con demanda, las oficinas en zona prime y los locales comerciales en calles principales serán los que mayor incremento registren.
Para 2015 se prevé un mercado desordenado en el que múltiples actores desarrollen operaciones de calado. Los más activos serán los fondos internacionales, las socimis, la Sareb y las entidades financieras.
Y es que, las sociedades cotizadas de inversión inmobiliaria (socimis) son un vehículo de inversión interesante para los minoristas, señala el socio responsable de Real Estate de KPMG, Javier López Torres, que cree que sus requerimientos de inversión, así como el aterrizaje de nuevas compañías pueden presionar al alza los precios de los inmuebles en el futuro.
Pero la recuperación del sector debe apoyarse en las sinergias entre inversores, entidades financieras y socios industriales, tal y como apuntan el 97 % de los directivos.
Con todo ello, las previsiones apuntan a que los trabajadores del sector inmobiliario lleguen a representar en torno al 10 % de la población activa en los próximos 5 años, lejos del 14 % que se alcanzaba en 2008 coincidiendo con el «boom» del sector.
Aunque en 2015 parece que el panorama en el sector inmobiliario está despejándose, la mayoría de los encuestados, un 77 %, considera que aún queda mucho por hacer en cuanto a refinanciaciones aunque seis de cada diez encuestados cree que el grueso de estos procesos está concluyendo.
La totalidad de los encuestados cree que para reimpulsar la actividad del sector hará falta inversión de fondos y financiación bancaria, así como políticas públicas de vivienda adaptadas a la nueva realidad.
También creen que hay margen de mejora en la optimización de uso del patrimonio inmobiliario público y citan como principales obstáculos en la enajenación de estos activos las barreras burocráticas y unos precios de salida alejados del mercado.
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